viernes, 21 de diciembre de 2007

00.- "Cómo navegar por mis blogs".

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I.‑ EL MADROÑAL. CONFIDENCIAS DE UNAS NOVIAS.
DIARIO DE ANA.

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I.- Sin continúas hacia abajo léeras el Índice de este primer CAPÍTULO

01.- NOVIAZGO DE ANA Y JOSE CARLOS

y a continuación sus 27 entradas o temas.
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II.- Si quieres ir a
"Índice Completo de todo el libro",
y "Portada, Ddedicatoria, Prólogo y Pródromo" (introducción) enlaza con
http://diariodeana00.blogspot.com/

III.- Si quieres ir a:
"Cómo usar este libro" y
"Arquitectura del Diario de Ana" (direcciones de sus nueve capítulos)
enlaza con:
"El amor único fundamento de la pareja humana" en
http://diariodeanaxx.blogspot.com/


IV.- Si quieres ir a:
"El madroñal"xx."Diario de Ana" igual a Arquitectura del Diario de Ana.
y
"Organigrama de Confidencias de unas novias" (son los seis libros futuros ahora solo en guiones: Fe, Sexualidad, Fertilidad o Paternidad, Jesús, Matromonio)
y
"Organigrama general de todos mis blogs" (poemarios, política, teología, libros teórico de todos los temas de Confidencias de unas novias)

enlaza con:
http.//confidenciasxx.blogspot.com


Buen viaje y buena suerte, que es Providencia de Dios
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Índice primer Capítulo.

> I.‑ EL MADROÑAL. CONFIDENCIAS DE UNAS NOVIAS.
CRONOLOGIA DEL DIARIO DE ANA.

01.- NOVIAZGO DE ANA Y JOSE CARLOS
I.- ANTES DEL CURSILLO.

08 de abril de 2000.
Noviazgo de Ana y José Carlos.

10 de enero de 2003.Viernes. Diario.
01.- “He conocido un chico. Mi Chico”.

17 de enero de 2003.Viernes. Diario.
02.- “La romántica declaración de José Carlos”.
Declaración el día 29.10.2000.

19 de enero de 2003.Domingo.
Diario. 03.- “José Carlos, regalo de la Providencia”.

24 de enero de 2003.Jueves. Diario.
04.- “El noviazgo lugar de encuentros”.

31 de enero de 2003.Viernes. Diario.
05.- “La espera apasionada”.

07 de febrero de 2003.Viernes. Diario.
06.- “Queremos casarnos, señor Cura”.

18 de febrero de 2003.Martes. Diario.
07.- “La Acogida de Sor Caridad”.
La acogida fue el viernes 14.

II.- EL CURSILLO EN EL MADROÑAL.
El Cursillo de Prematrimoniales.

12-16 MAYO 2003 LUNES A VIERNES

17 de mayo de 2003. Sábado mañana. Diario.
08.- “Así se formó mi Grupo de Cursillo.”

17 de mayo de 2003.Sábado tarde. Diario.
09.- “El cursillo día a día”
Cómo lo viví con José Carlos.
A continuación tema de cada día.

12 de mayo de 2003.Lunes. Diario.
10.- “El corazón y el amor centro de la vida”

13 de mayo de 2003.Martes. Diario.
11.- “La fe en Jesús y en su Iglesia”

14 de mayo de 2003.Miércoles. Diario.
12.- “La sexualidad, regalo de Dios”

15 de mayo de 2003.Jueves. Diario.
13.- “La paternidad compartida con la Paternidad de Dios”

16 de mayo de 2003.Viernes. Diario.
14.- “Casarse para el Señor”

16 de mayo de2003. Viernes. Diario.
15.- “Cristo estaba allí. Nos espera el día del Sacramento”

III.- DESPUES DEL CURSILLO.
Introducción al temario de “El amor, fundamento de todo Matrimonio.”

17 de mayo de 2003.Sábado noche.
Diario. 16.- “Vivir el Sacramento, primer compromiso”.

18 de mayo de 2003.Domingo. Diario.
17.- “El Amor según San Pablo”
El espejo del amor.
Carta a Mónica: 21.05.03.Miércoles.

24 de mayo de 2003. Sábado. Diario.
18.- “El amor, más fuerte que la muerte”
Carta de Mabel.

31 de mayo de 2003.Sábado. Diario.
19.- “Profundizando en el amor humano”.
Primera reunión. Solos con Elena y Carlos.

03 de junio de 2003. Diario.
20.- Comentarios a la carta “El amor no pasa jamás”

05 de junio de 2003. Diario.
21.- Comentarios a la carta “El amor más fuerte que la muerte”

BODA DE JULIA Y ERNESTO. 07.06.03 Sábado.
Sermón de Don Matías: El compromiso.
El tema está recogido en el día 08.06.03.
Fue a la boda y se acostó tarde.

08 de junio de 2003.Domingo. Diario.
22.- “El Sacramento, Alianza con Dios”
Ver EL SACRAMENTO.

14 de junio de 2003. Sábado. Diario.
23.- “No hay que jugar con el Amor”
El embarazo no deseado de soltera. Vivir juntos.
Carta de Magdalena.10.06.03. Martes.

21 de junio de 2003.Sábado. Diario.
24.- “La vida solo es de Dios”.
El aborto. Vivir juntos.
Carta a Magdalena. 14.06.03. Sábado.

28 de junio de 2003. Sábado. Reunión.
25.- Se forma el Grupo. Primera Reunión formal.
Carta de Chiara.
Se empieza a tratar el tema del Amor.
Ver siguiente sección donde está el tema y el texto del Diario.

Sin fecha. Esta página no es del “Diario de Ana”
26.- Del autor al lector. Primer contacto.

27.- Enlaces del “Diario de Ana”

Fin del Índice.

01.- NOVIAZGO DE ANA Y JOSE CARLOS

ANTES DEL CURSILLO.
8 de abril de 2000. Noviazgo de Ana y José Carlos.
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01.- "He conocido un chico. Mi chico"

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Mi Diario a diez de enero de 2003.
La primera página de mi Diario.
Cómo conocí a José Carlos.

Hoy he empezado a escribir mi Diario. Ha sido uno de los regalos de Reyes de José Carlos. Y quiero guardar en él, como oro en paño, todo lo que he sentido, siento y sentiré por José Carlos desde que nos conocimos y me enamoré de él.
Para empezar voy a contarte nuestro primer encuentro hace cuatro años, un ocho de abril del año dos mil. Fue muy sencillo pero encantador.
Aún lo recuerdo como si fuera hoy. Nos habíamos visto en alguna fiesta de esas casi multitudinarias, pero nadie nos había presentado ni habíamos hablado nunca.
Yo sabía quien era y él por lo que me dijo luego se fijó en mí y para sus adentro se dijo: “ésta es mi chica” Tampoco ese día cruzamos la palabra, sí alguna mirada y creo que alguna sonrisa.
Coincidimos de nuevo en la Boda de mi prima Lorena, hija de una hermana de mi padre. El novio, Ricardo, qué cursi, Ricardito, es hijo de un primo de su madre.
Yo ya le vi en la Iglesia y sentí que se me alegraba el corazón. Ahora sé porqué.
Nos pusieron en la misma mesa de solteros sin compromisos. Se sentó enfrente de mí, entre Julia y María Eugenia. Pero Julia, discretamente, le pidió el sitio para David que estaba sentado a mi lado. Era el único sitio vacío, cuando llegó el último a la mesa algo despistadillo. Julia y David se gustan o les va el rollo, como se dice ahora.
Se presentó. Hola, Ana. Sabía mi nombre. Por qué será pero estos pequeños detalles son pistas de encuentro. Soy José Carlos. Yo también lo sabía pero me dijo su nombre para evitar que yo lo preguntara y “saber” que yo no lo sabía. Charlamos de todo y cuando me di cuenta, maleducada, a mi compañero de la izquierda, Joaquín, le había dejado abandonado. Menos mal que charlaba muy animado con Marivita, la chica de su otro lado.
Qué estudiábamos, qué nos gustaba, que películas preferíamos, que música teníamos embotellada, mejor en-cd-room-ada, dónde vivíamos, en que pensábamos trabajar, qué libro habíamos leído últimamente, etc... Me fui dando cuenta que él para mi era un extraño y yo para él era muy conocida. Sabía de mí casi todo. Te gusta tal cosa, ¿verdad? Y era verdad.
A los postres tras la tarta y la apertura del baile, bailamos el vals, de rigor. Luego otro baile, luego otro, luego otra pieza y cuando me di cuenta estaba en sus brazos bailando una pieza lenta y romantiquísima. Me sentí bien. Pero que muy bien. Requetebien.
Volvimos a la mesa por un refresco y descansar un poco los pies sin habernos separado ni un segundo y sin tener ojos ya más que el uno para el otro.
Todo pues siguió igual el resto de la noche. Nos despedimos con un beso en la mejilla. Yo me fui con mis padres relativamente pronto, serían casi las dos, ¡yo creo que muy pronto!, a Santa Brígida. Él quedó en llamarme algún día. ¿Por qué se dice algún día cuando el corazón de ambos estaba pensando y deseando al día siguiente? Mi teléfono. Lo debía de saber pero lo disimuló diciendo que se lo preguntaría a su madre que va a Nuevo Futuro con la mía, y se conocen de trabajar allí juntas para los niños sin padres o sin recursos. Al final concretamos en el viernes de la semana siguiente.
Cuando me metí en la cama pensé: “He conocido a un chico.” ”Mi chico.”
El martes, no pudo esperar de pura impaciencia al viernes, y se lo agradecí porque los días me parecían interminables y eternos, apareció por la Facultad a la salida de Penal. Nos fuimos a tomar un café, juntos. Fue un rato delicioso. Me miraba y me miraba y me miraba y sus ojos sonreían, sonreían y sonreían. Quedamos fijo para el viernes. Iría a buscarme para que yo no tuviera que bajar en coche. Creo que más bien fue para poderme llevar al fin de la velada. Aún no hemos hablado de un tema que me interesa mucho. La fe en Jesús y en su Iglesia. Para mí compartir la vida, aunque respeto todas las demás opciones, y las respeto mucho, es también y principalmente compartir la fe, lo más profundo del alma.
Es curioso. Cuando me dejó en la puerta de mi casa, yo tenía que cerrar la cancela del jardín desde el porche, al salir él con su coche, me retuvo la mano entre las suyas algo más de la cuenta y la apretó un poco cariñosamente.
Mientras lo hacía me dijo: ¿Qué tal si quedamos para ir juntos a Misa de doce el domingo, a San Mateo, a la misa del curita cubano, que es tan emotiva y vivencial?
Es una delicia como habla. Te llamo y te vengo a recoger. ¿Te apetece? Vale. (que quiere decir sí en castellano) Vale, José Carlos. Creo que fui toda sonrisa y que lo notó.
Me dio un beso como siempre en la cara y se fue al parecer más contento que unas Pascuas. Yo me quedé flotando. Te he de decir que ya han pasado casi seis meses de salir todas las tardes, juntos. Bueno para que cansarte, “ya somos novios”. Desde el veintinueve de octubre de ese año José Carlos y yo somos novios. Otro día te contaré “su declaración” qué romántico, aún la usan algunos chicos. Fue muy especial, muy personal y muy original.
Ay José Carlos, cómo te quiero.
Un beso, Ana.
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02.- “La romántica declaración de José Carlos.”

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Mi Diario a diecisiete de enero de 2003.
Fue el domingo 29 de octubre de 2000.

Han pasado ya, desde que nos conocimos, algo más de seis meses paseando por la Avenida Mar Adentro, junto al mar y el azul del cielo, o en “Las Cañadas”, otro de nuestros lugares preferidos, sentados en algún banco o recorriéndola despacio y por otros mil sitios más. Desde mañana, cogidos de la mano. Siempre juntos.
Pero el domingo pasado me invitó José Carlos, ¿qué querrá éste?, a pasar el día, juntos en el campo. Yo me encargué de unos bocadillos de tortilla francesa, un pequeño aperitivo de queso curado y unas patatillas honduladas. Él llevó unos refrescos, no quisimos vino ni cerveza por lo de conducir, unos dulces, tartaletas riquísimas de postre, y una caja, malvado, con lo que engordan, de riquísimos bombones. Llevaba todo en una bolsa de viaje que para mí era excesivamente voluminosa. Así comeríamos juntos en el monte.
Tras la Misa en San Mateo, que ya es tradición, y la Comunión, nos quedamos un poquito más en la Iglesia para dar gracias. Juntos, el uno junto al otro, de rodillas, recogidos, sin mirarnos, pero sabiéndonos al lado, le di gracias al Señor, por haberlo conocido. Te he de confesar, mi querido Diario, que me es mucho más grato recorrer todos los beneficios recibidos durante la semana, y dar gracias a Jesús que hacer una retahíla de peticiones. Incluso cuando le pido algo, es tras un acto de agradecimiento o comentario con Él. Mira, le digo, ayer me dejó algo preocupada mi abuela. Tenía un dolor continuo en un costado. ¿Qué te parece que es? Tú la quieres mucho, porque siempre la has mimado mucho. No me la dejes ahora, ¿eh?
Algunas veces José Carlos desliza la mano por el reposabrazos del banco, la mete suave por debajo de mí apoyado codo, me roza suavemente mi mano y me la aprieta un poco. Sé que está dando gracias por haberme conocido, por habernos encontrado, porque Dios cruzara nuestras vidas.
Luego, ya en el coche, nos fuimos dando un paseo hasta “Los Tilos de Moya”, y tras caminar un rato y admirar el paisaje, los tilos hacia el valle como un mar verde, al fondo el azul mar, quieto y en calma, inmenso, impresionante, confundiéndose con el cielo allá por el horizonte, seguimos hasta “La Cumbre”.
Llegamos hasta el Roque Nublo, allá cerca de “El Fraile sentado”, caminando hasta sus pies. Y un poco más allá en una roca, la peña del amor, la llamaré siempre, nos sentamos.
Estaba muy callado, como si estuviera tomando fuerza para algo, pues yo sentía que estaba un poco en tensión.
De pronto se levantó, muy serio, pero sonriente. ¿Me entiendes? Se puede hacer una cosa en serio, muy en serio, sin perder la sonrisa. De la bolsa mochila que había llevado, ahora comprendo porqué tan grande, para no estropearlas, sacó un ramo de rosas rojas precioso.
Puso una rodilla en el suelo delante de mí, como un caballero andante, me cogió una mano me la besó con un beso suave de adoración, y me dijo: Te quiero, Ana. Te quiero desde el primer momento que te vi.
Y con la otra mano fue poniendo una a una las rosas rojas del ramo en mi mano libre y añadió:
Esta rosa roja es el símbolo de que te amaré siempre.
Esta de que estaré siempre a tu lado.
Esta de que te mimaré siempre.
Esta de que te ayudaré siempre
Esta otra, mi querida Ana, de que seré solo tuyo y te seré siempre totalmente fiel.
Esta de que sólo veré por tus ojos, y amaré la vida con tu mirada.
Esta de que quiero vivir contigo todos los días de mi vida.
Esta de que deseo ardientemente que seas la madre de nuestros hijos.
Y ésta, la más hermosa, porque deseo y anhelo más que nada en el mundo que amemos juntos a Dios, y que Dios nos ame juntos, como pareja de hijos suyos.
Yo tenía las lágrimas en los ojos. Llenos, llenos, llenos. Yo tenía el gozo en el corazón. Lleno, lleno, lleno. Yo tenía la alegría a flor de piel y el alma estremecida por la emoción, los sentimientos y el amor. Sí, el amor me rebosaba por toda mi persona y me salía a borbotones hacía él.
Me puse en pie. Lo levanté tirando suavemente de su mano, con la que aún tenía cogida la mía. Quedamos unos segundos uno frente al otro, muy cerca y mirándonos a los ojos. Los suyos brillantes por la emoción y quizás con ribetes de lágrimas de alegría. Los míos por el desbordamiento de mi corazón. Caí en sus brazos y nos abrazamos fuertemente.
Muy fuertemente, dejando caer a su espalda las rosas rojas del amor. Mis labios buscaron sus labios mientras su boca buscaba mi boca. El beso fue casi eterno. Recogí con cuidado amoroso todas y cada una de las rosas rojas. Luego permanecimos juntos, muy juntos, cogidos de la mano y sin decir nada, simplemente gozando el amor, el amor vivo hecho realidad en nuestras vidas.
El paso su brazo por mi espalda y yo recliné mi cabeza en su hombro. Hablamos, callamos, que era otra forma de hablar, y volvimos a charlar que era otra forma de callar y comunicarnos.
Creo que era ya muy tarde cuando alegremente me dijo. El amor, ¿no te da hambre? Y riendo, jugando a mirarnos y de vez en cuando a hacernos una caricia, nos fuimos a comer el bocadillo de tortilla, el aperitivo y a tomar el refresco, el dulce y algún que otro bombón, aunque engorden. Qué prosaico, ¿verdad? Pero todo estaba muy bueno. Luego nos echamos un rato boca arriba mirando el cielo en la leve yerba bajo los pinos, nos dimos un breve y hermoso paseo, hermoso porque estabas tú, José Carlos, y nos volvimos felices a casa.
Ya somos novios. Ya somos novios.
He de confesarte que ya nos habíamos besado una vez sentados en un banco en “Las Cañadas” frente a “Las Cumbres” Fue casi un tímido roce. Este sí que fue un beso.
Que maravilloso poder decir “José Carlos y yo somos novios.” Cómo mola el alma y llena el corazón. Papá, mamá, hermanos, amigos, amigas, os presento a José Carlos, mi novio.
¿No fue romántica, muy romántica la declaración de José Carlos, mi querido Diario?
Quizás a alguien le haga sonreír. A mí no me importa lo que otros piensen. Yo la guardo en el alma como una reliquia, un maravilloso recuerdo, uno de los momentos más felices de mi vida de tantos como tengo que agradecer a Dios.
Cómo le quiero. Un beso, Ana.
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